Este artículo fue actualizado en: Octubre de 2019
Un operador turístico de Australia llamado Constellation Journeys organizó un viaje alrededor del mundo.
Este viaje se realizó en un Boeing 747-400 de Qantas, fletado exclusivamente para realizar el viaje. La salida fue en Sydney, y visitaron Seoul, Jerusalén, Valletta, Barcelona, Cartagena, Lima-Cusco, Isla de Pascua y de ahí regresaron a Sydney.
Gracias a los buenos oficios de un gran amigo, yo pude ir a Cartagena a la llegada y salida del Avión.
Para un avgeek como yo el asunto era muy interesante.
Para empezar, un Boeing 747 de pasajeros en Colombia es una cosa rara. Que el Avión sea de una aerolínea de un país tan lejano (Australia) que no tiene vuelos por itinerario a Colombia, aún más.
Y para mí, resultó muy sorpresivo y grato saber que el Avión elegido para el tour era el VH-OEE.
El vuelo había sido anunciado con meses de anticipación, y ya sabíamos la aerolínea, la fecha, el origen, el destino y el tipo de Avión. Pero la matrícula exacta del Avión que iban a enviar no se sabía en ese momento.
Y yo pensaba:
-“¿Será que mandan el VH-OEE?”
Pero luego decía:
-“Nah, de todos los Boeing 747-400 que tiene Qantas ¿por qué iban a elegir ese?”
¡Pero sí! Resultó ser ese. Nos enteramos solo unos días antes, cuando el tour inició en forma con el primer trayecto entre Sydney y Seoul.
Resulta que cuando yo vivía en Australia, yo volé en ese mismísimo Avión entre Brisbane y Sydney.
Y ese vuelo no solo fue delicioso por el simple hecho de estar viajando y de ser en un jumbo, sino que fue el primer vuelo que tuve en casi un año.
Para mi significaba una especie de triunfo, ya que por razones que no tienen nada que ver con el país ni con lo que estaba haciendo allá, ese año había sido anímicamente muy duro para mí.
Sin embargo, había logrado hacer lo que me había propuesto y no le había fallado a ninguna de las personas que estaba confiando en mí allá, a pesar de las dificultades que les menciono.
Así que montarme en ese Avión después de todo eso se sintió supremamente más dulce de lo que sería en circunstancias “normales”. Y miren que estamos hablando de circunstancias “normales” de estar subiéndome a un Boeing 747… ¡Extra dulces por sí mismas!
Y años después, ¿venir a encontrármelo en Cartagena de todos los lugares? Para mí fue emocionante y me trajo de vuelta gratos recuerdos, más de cinco años después de aquel vuelo.
Fuera de ver el Avión de nuevo, tomé fotos de otros Aviones por supuesto. Caminé por la ciudad, y me encontré con gente que aprecio mucho que vive allá.
Así que para contar la historia completa, interrumpiré momentáneamente lo vivido en Cartagena, Colombia en octubre de 2019, y regresaré a Brisbane, Australia en agosto de 2014.
Avión: Boeing 747-400
Aerolínea: Qantas
Como les comenté, este vuelo tenía un componente personal especial que me hacía sentir muchísimo mejor que de costumbre. Que fuera en Boeing 747-400 era solo la cereza del pastel.
Este vuelo era particular. Qantas tenía un vuelo que era Sydney – Dallas – Brisbane – Sydney.
La parada en Brisbane regresando de Dallas era debido a los vientos, en vuelo hacia Australia hacían que el Avión no llegara cómodo en combustible a Sydney.
Entonces para evitar cualquier clase de problema por eso, simplemente hacían que aterrizara en Brisbane, más al norte del país que Sydney, y a distancia adecuada para cumplir los parámetros de seguridad aérea y reservas de combustible.
Una vez el Avión aterrizaba en Brisbane, era aprovisionado de combustible allí, y simplemente seguía su camino a Sydney. Pero en Qantas dijeron:
-“Pues ya que toca aterrizar en Brisbane, venda tiquetes en el vuelo de Brisbane a Sydney entonces a ver qué o qué.”
Por supuesto, Brisbane es la tercera ciudad del país, y seguramente a varias personas con destino final Brisbane les habrá servido el vuelo. Pero el objetivo principal era Sydney.
Y bueno, adivinen ¿quién compró un tiquete en ese trayecto? Pues yoooooo.
En octubre de 2019, fecha en que escribo esto, el vuelo todavía existe. Pero ya es operado por Airbus A380-800, y ese Avión si llega directo de Dallas a Sydney, entonces la parada en Brisbane no existe más.
El vuelo llegaba muy temprano a Brisbane, la hora de abordar para los que seguíamos a Sydney era las 0550 local. A mí no me gusta madrugar, soy de trasnochar y funciono mejor de noche.
Pero igual, la madrugada era a pasear y volar. ¡Esa fue una de las madrugadas más felices de la época! Una época en la que madrugaba a trabajar entre las 0330 y 0400 local, aunque despertar a esa hora no fuera mi situación favorita.
Siendo tan temprano, el transporte público usual no estaba funcionando del todo, y mis amiguis estaban dormidos.
Entonces tomé un taxi que me dejó en Roma Station, y de ahí tomé el tren al Aeropuerto.
Muy a las 0420 hora local estaba ya esperando el tren, que pasaría a las 0427 por la estación.
Creo que era uno de los primeros trenes del día, e iba prácticamente vacío.
Llegué a la terminal internacional del Aeropuerto de Brisbane muy a tiempo, y realicé mi check-in.
Como este vuelo llegaba a la zona internacional en Sydney (obviamente), en el pase de abordar pusieron un sticker naranja especial, para que los funcionarios de inmigración allá no lo procesaran a uno que solo estaba haciendo el tramo doméstico.
Los funcionarios de Brisbane igual pusieron un sello de “departed” (salida del país), como pueden ver en la foto.
Estuve en la sala de espera observando como un pelotudo, el Boeing 747-400 se veía hermoso.
Había un Airbus A330-300 al lado que no se veía nada mal tampoco.
Ese día el elegido como ya sabrán era el VH-OEE.
Poco a poco fueron apareciendo los primeros rayos de luz, y los Aviones se veían igual de bien.
Iba llegando la hora de abordar.
En Brisbane hacía una mañana nublada, pero no llovía.
Al ingresar al Avión pude ver varios de los pasajeros que venían de Dallas, con cara de destrucción. ¡Ese vuelo no es poca cosa! Si mal no recuerdo eran como 14 horas…
Me senté en mi puesto de ventana 51K, y a mi lado estaba un Boeing 777-300 de Virgin Australia. Si mal no recuerdo, alrededor de esa hora llegaba el vuelo de ellos de Los Angeles, quizás ese era.
Fuimos remolcados a tiempo y nos dirigimos a la pista. Al despegar pasamos casi encima de mi casa del momento, y vi claramente lugares de la ciudad en los que había estado mil veces en los meses anteriores.
Uno de esos lugares era el Gateway Bridge, entre el Aeropuerto y el sector de la ciudad donde yo vivía. Primera vez que lo veía desde el aire, aunque lo había atravesado manejando mil veces.
Seguimos el ascenso poderoso y pronto estuvimos encima de las nubes que tenían gris la mañana de Brisbane ese día. Ahora todo era sol solecito.
A pesar de ser ya totalmente de día y soleado, desde mi ventana se veía la luna. El vuelo era de aproximadamente una hora y media de duración, y ofrecieron un desayuno que no estuvo mal ahí para la hora y el trayecto.
Comenzamos el descenso, y parajes del estado de New South Wales se veían más y más cerca. Áreas urbanas, rurales, playa, mar…
Hasta que de repente aterrizamos en el Aeropuerto Internacional de Sydney, y ahí se me aumentó esa sensación de… De… No sé… De… Triunfo, esa es la palabra. Esa mañana sentía triunfo.
Por otro lado, no me quería bajar del Avión jaja. Pero bueno… Habíamos llegado.
Tuvimos que esperar unos minutos a que desocuparan el gate, y luego nos dirigimos allí.
Era el gate que queda casi al frente del hotel Rydges.
Desembarqué y seguí la fila de inmigración junto con las personas que venían desde Estados Unidos, pero al ver mi sello naranja los funcionarios me dijeron que pasara por un lado.
Estaba muy vigente la epidemia de Ebola que hubo por esos días, y los letreros de la zona de inmigración eran claros al respecto.
Recogí mi equipaje y salí a la ciudad. ¡Ya estaba en Sydney! Y había llegado en Boeing 747-400 nada más, mira tú. Lo que siguió es algo que escribiré en otros artículos.
Ya que les mostré lo sucedido en Brisbane, Australia en agosto de 2014, es hora de que regresemos a Cartagena, Colombia en octubre de 2019.
Avión: Airbus A320
Aerolínea: Viva Air
La salida era en la mañana, antes de las 0800 hora local. Pensé que iba a haber más fila en el check-in pero no había casi nadie.
De ahí pasé a seguridad, también estuvo ágil.
Cuando todo estuvo listo me senté a esperar, en la sala de espere había variada pelea por tamaños de maleta y pagos. Lo usual con las líneas de bajo costo, la gente no lee un carajo.
Es más, en los últimos vuelos que había hecho domésticos me había servido más Avianca precisamente porque resultaba más barato con las maletas que había tenido que llevar.
Pero la gente ni se preocupa por leer la letra pequeña… No me gustaría ser un agente de sala de una aerolínea de bajo costo. Todo el día peleando con gente que no sabe leer y aguantando insultos porque quien está insultando no sabe leer.
Pero bueno, llegó la hora de abordar. Esa mañana nuestro Avión, el HK-5308, estaba en una posición sin gate, por lo que abordamos por escaleras.
En el gate 1B había otro Avión de Viva Air que salía para Bogotá.
Abordé y me senté de una en mi puesto, era el 1A y no tuve que caminar nada. Ese puesto tiene mucho espacio para estirar los pies una vez todo el mundo se encuentra sentado.
Fuimos remolcados pues muy a tiempo, y comenzamos a rodar. Justo al iniciar rodaje remolcó el otro Avión de Viva, el que iba para Bogotá.
La mañana estaba nublada pero nada grave. Al ingresar a la pista 01 tuve una vista casi sin obstrucción de la misma por estar en el primer puesto del Avión. Se veía bacano con las luces prendidas.
Despegamos pronto, y de ahí no se vio nada hasta después de Montería.
La visibilidad retornó justo después de esa ciudad, allá al fondo se podía ver, junto con Cereté.
Avanzando hacia el norte sobrevolamos Tolú también.
Llegando a Cartagena había buena visibilidad, buena luz y una bonita mañana.
Desde mi puesto tenía una vista muy clara del convento de Santa Cruz de la Popa, de partes de Bocagrande, Manga y el puerto.
Al aterrizar por la pista 01 nos fuimos hasta la cabecera de la pista 19, donde hicimos un giro de 180 grados para dirigirnos a la plataforma.
Allí estaba el Boeing 727-200 “Vulcano” de la Fuerza Aérea Colombiana.
También estaba el Airbus A320 “Claudia Obando” de Viva Air, operando para la filial peruana de la aerolínea y haciendo el vuelo Lima-Cartagena-Lima. Hacía tiempo que no lo veía.
Más información sobre los colores especiales de Viva Air incluyendo a “Claudia Obando”.
Recogí mi equipaje y salí del Aeropuerto.
Afortunadamente llegué a donde tenía que estar a esa hora con esas condiciones, porque a medio día se desató una tremenda tormenta eléctrica… Las calles parecían ríos.
Ese día simplemente me relajé un tanto, y tomé algunas fotos en la noche. Sobre todo de mi muy buen amiguis Pablo O. que venía volando un Airbus A320 de Avianca. La foto se las muestro más adelante en el artículo.
Al día siguiente de mi llegada a Cartagena llegaba el Boeing 747-400 de Qantas, procedente de Barcelona, España.
El día anterior en la noche apareció el vuelo en los sitios web de rastreo y de AENA. Según el horario que tenía por itinerario iba a llegar casi justo al mediodía.
Eso no era del todo bueno ya que la luz a esa hora del día es más bien fea, pero bueno, eso no estaba en mis manos.
Lo otro que me preocupaba era que el día anterior a esa hora había habido una tormenta de mil demonios, como les comenté.
Si el patrón de clima se repetía, no solo iba a llegar con luz fea, sino en tremendo aguacero.
Afortunadamente, la salida de Barcelona se retrasó algo, y aunque el día estaba más bien gris, no había la tormenta del día anterior. Es más, ni siquiera estaba lloviendo.
Al aterrizaje resultó siendo a las 1400 hora local.
Así que me reuní con mis buenos amiguis Gustavos (son dos), y Sergio L, y nos dirigimos al lugar que habíamos planeado para las fotos.
Justo cuando el Avión estaba en aproximación, cambiaron la pista en uso del Aeropuerto.
Ahora no iba a aterrizar por la pista 01, sino por la 19. Del lugar en el que estábamos igual se tomaba bien la foto con la pista cambiada, pero iba a quedar con mucho menos contraste.
El Boeing 747-400 fue precisamente el primer Avión en aterrizar por la pista 19 cuando cambiaron el sentido.
Pero en el punto de espera de la pista 01 había un Airbus A320 de Avianca que había estado listo para despegar antes.
Así que el 747 se situó detrás del A320, y ambos Aviones tuvieron que esperar que otro A320 de Avianca aterrizara por la pista 19.
Este último A320 tuvo que hacer backtrack en la propia cabecera de la pista 01 ya que no podía usar el área destinada para hacer el giro, puesto que estaba ocupada por los dos Aviones de Avianca y Qantas.
Cuando el último A320 que aterrizó hizo el giro de 180 grados en la cabecera de la pista, la tripulación del primer A320 que llevaba un rato esperando en la cabecera decidió que era seguro despegar desde ahí y lo hizo.
Y apenas ahí el Boeing 747-400 de Qantas pudo moverse. Ya llevaba un buen rato parado.
Veamos algo sobre el Avión y esos letreros que tiene.
Primero, el nombre de la aerolínea.
Qantas significa “Queensland and Northern Territory Aerial Services”. O sea, “Servicios Aéreos de Queensland y el Territorio del Norte”.
Es la tercera aerolínea más antigua en operación, después de KLM y Avianca. Fue fundada originalmente en un pueblito llamado Winton, en 1920.
La aerolínea nació precisamente en Queensland, uno de los estados de Australia, en el cual yo viví.
Si fuera un país independiente, Queensland sería el décimo-sexto país más grande del mundo. ¡Es gigante!
Al muy poco tiempo de fundación mudaron sus cuarteles generales a otro pueblito que se llama Longreach. Y de ahí uno de los letreros del Avión.
Longreach es un lugar muy importante en la historia de Qantas, tan así que hoy en día hay un museo allí con un Boeing 747 y un Boeing 707 en exhibición (entre otras cosas).
El edificio del primer hangar que tuvieron es considerado patrimonio histórico.
En adición a eso, “Long Reach” en inglés significa “Largo Alcance”, y le queda perfectamente a los Boeing 747-400 que opera la aerolínea, pues tienen la capacidad de hacer vuelos larguísimos. Varios tienen el letrero de “Longreach”.
En 1930 movieron sus cuarteles a Brisbane, la capital del estado y la tercera ciudad de Australia. Allí viví.
Y actualmente tienen los cuarteles cerca al Aeropuerto de Sydney.
El nombre individual de este Avión es “Nullarbor”. En honor a una llanura al sur de Australia donde hay una gran extensión de terreno árido o pelado.
“Nullarbor” significa en latín “Sin Árboles”, por lo que les acabo de describir.
Ahora que saben un poco más de por qué el Avión tiene todos esos letreros y nombres, continuemos donde dejamos.
El Aeropuerto de Cartagena no tiene calles de rodaje entre la plataforma y la pista. Entonces suelen crearse enredos y cuellos de botella cuando hay tráfico. Abajo pueden ver la carta del Aeropuerto.
El Avión de Qantas rodó sobre la pista hacia la plataforma entonces, y allí lo estaba esperando la comitiva del tour.
Varios buses estaban dispuestos para recibir a los pasajeros y tripulación, en adición a un montón de gente que estaba curioseando (incluyéndome).
Al rato nos fuimos a otro lugar, y vimos como la tripulación desembarcó.
Allá estaban otros amiguis como Gabriel H y Luis A.
El otro Gustavo hizo una foto en 360 grados muy bacana. Por ahí hay alguien super tierno en esa foto.
Uno de los Pilotos estaba bastante contento de ver el montón de gente que se había acercado a ver a su jumbo, y salió por la escotilla de escape del techo de la cabina a saludar.
Ahí estuvimos un rato, junto con una amiguis serpiente que estaba por el lugar.
A la serpiente la recogió el equipo de manejo de fauna del Aeropuerto. Cuando les pregunté, me dijeron que ellos la guardaban en una bodega especial, y que luego la liberaban en un área rural cerca de Turbaco, al sur de Cartagena.
Nos dijeron que en la noche se podían meter a la pista, y podían morir estripadas. Ojalá ese sea el manejo que le den, no me gusta mucho que anden molestando los animalitos a cuenta de nada.
Ya entrando la noche, mis amiguis me llevaron a donde alguien que ellos conocen, que tiene una propiedad con gran vista a la plataforma del Aeropuerto.
Había un poste de luz que no permitió tomar una buena foto del Avión entero en la noche, pero igual pasamos un buen rato allí.
El día terminó en el Aeropuerto al tomarnos algo con mi buen amiguis Sergio D. que había llegado volando un Dassault Falcon.
Le tomé unas buenas fotos aterrizando que les mostraré más adelante.
Al otro día me desperté temprano a ver si había mejor luz para la foto. En efecto había una bonita mañana, lo cual me permitió tomar mejores fotos.
En la tarde regresé para ver el aterrizaje del Boeing 787-9 de KLM. El Avión llegó a tiempo, pero el clima estaba gris de nuevo.
Por un momento se vieron Aviones de KLM y Avianca al tiempo, las dos aerolíneas más antiguas del mundo. Ambas cumplen 100 años en 2019, como van a ver en las fotos más adelante del Boeing 787-9 de KLM y del Airbus A320 retro de Avianca.
¡Qantas es la tercera más antigua! Cumple 100 años en 2020.
También andaba por ahí el Airbus A320 retro de Avianca.
Más información sobre el Airbus A320 retro de Avianca.
Ahí me fui a hacer otras cosas en la ciudad que no tenían que ver mucho con Aviación, y solo regresé a los dos días para la salida del Avión.
Tomé otras fotos de otros Aviones como les decía, pero como el clima no ayudó para tener buena luz, las tomé espaciadas.
Podría decirse que las fotos adicionales que tomé se dividían en cuatro motivos, de los cuales les mostraré algunos ejemplos:
1. Las fotos de mis amiguis Sergio y Pablo, el primero en su Dassault Falcon, y el segundo en su Airbus A320.
2. Fotos del tráfico internacional que llegaba en el día, sobre todo de aerolíneas de Estados Unidos.
3. Fotos del Boeing 787-9 de KLM.
4. Fotos nocturnas en general, cuando ya el clima no importaba para la foto.
En la galería de abajo les muestro otras fotos variadas que tomé en esos días. Como les mencioné antes, busquen al Boeing 787-9 de KLM y al Airbus A320 retro de Avianca para que vean sus respectivos anuncios de los 100 años de las aerolíneas:
El día de la partida del Boeing 747-400 de Qantas a Lima regresé. En el camino entre el centro histórico y el Aeropuerto había un BMW vuelto un carajo al cual se le había atravesado un poste.
Se suponía que se iba a las 0800 hora local, pero se retrasó casi una hora.
Había pensado en buscar un lugar distinto para la foto, para que no saliera a contraluz.
Pero de nuevo la mañana estaba gris y lluviosa (aunque suave la lluvia), y no pareció que justificara ponerme en esas en vista de las condiciones.
Al igual que en la llegada, los Pilotos saludaron al montón de chismosos que había ahí (incluyéndome).
Y esta vez no fueron solo ellos, ¡también uno que otro pasajero!
El Avión fue remolcado finalmente, y comenzó a rodar tras los aterrizajes del Airbus A320 de Viva Air “Claudia Obando”, que hacía de nuevo la ruta Lima – Cartagena – Lima…
De un Airbus A318 de Avianca…
Y de un Boeing 737-700 de Wingo (HP-1377CMP, el mismo en el que fui a Panamá y regresé en abril pasado) que parecía secando la pista mojada.
Finalmente emprendió su rodaje a la cabecera de la pista 01 para despegar, con un último gesto por parte de los Pilotos, ya listos en la cabina de mando.
El Boeing 747-400 iba liviano, pues solo iba hasta Lima, Perú. Eso es un vuelo de unas tres horas aproximadamente desde Cartagena, y el Avión puede volar 14 o más.
En adición a eso no llevaba toda la carga de pasajeros que podía, pues estaba en una operación privada para el tour mencionado.
Y para rematar, el Aeropuerto de Cartagena está casi al nivel del mar y no estaba haciendo calor.
Condiciones perfectas para sacar el mejor desempeño del Avión. Claro, el Avión rotó rapidísimo y comenzó su ascenso como un cohete.
Prontamente viró hacia el sur, y sobrevoló el lugar donde estábamos, muy alto ya.
El Avión siguió hacia Panamá, no sé por qué. Y de allí tomó rumbo a Lima, aterrizando allí aproximadamente a medio día.
Eso había sido todo. Yo me reencontré con un Avión especial para mí, y con personas que aprecio mucho en Cartagena.
Mientras tanto el tour de los australianos seguía según el plan, y para mí ya iba llegando la hora de regresar.
Con excepción de algunos factores como la hora de llegada y la luz que había por el clima (algo que nadie controla igual), todo había salido perfecto.
Abajo una galería de más fotos de la llegada, la estadía y la salida del Boeing 747-400 de Qantas en Cartagena.
¡Misión cumplida!
Llegó el momento de regresar a Medellín, la misma tarde del día en que se fue el Avión de Qantas.
Realicé el check-in sin problemas, y vi en el Aeropuerto varias caras conocidas de la época del colegio, mira tú.
El Airbus A320 de Viva elegido para el vuelo ese día era el HK-5276.
Al momento de abordar estaba a nuestro lado un ATR 42 de Easyfly que salía a Bucaramanga, creo.
De nuevo tenía puesto en la primera fila del Avión, pero esta vez al otro lado, puesto 1F. Con un poquito menos de espacio que el 1A, pero igual suficientemente cómodo.
Fuimos remolcados de nuevo a tiempo, ingresamos a la pista para dirigirnos a la cabecera 01, dar el giro de 180 grados, y despegar.
En ese giro también tuve una panorámica bonita de la pista.
Despegamos normal, y en esa zona de hoteles que les muestro estaba mi amiguis Diego E. quien le tomó foto al Avión en vuelo conmigo adentro.
Viramos al sur y continuamos nuestro camino hacia Medellín con el atardecer a la vista.
Alcanzamos a sobrevolar la ciudad de Medellín y el Aeropuerto Olaya Herrera, todavía con los últimos rayos de luz, y a ver otros fenómenos atmosféricos.
Tras sobrevolar la ciudad viramos al norte de nuevo para alinearnos con la pista 01 del Aeropuerto de Rionegro, y aproximamos por todo el valle de San Nicolás, viendo a La Unión y a el cerro El Capiro mientras anochecía.
Aterrizamos suavemente y rodamos al gate 1B, esta vez no iba a tocar desembarcar por escaleras.
En el Aeropuerto estaba el Boeing 787-8 de Avianca a punto de salir a Madrid, y cuando llegamos al gate ya estaba totalmente oscuro.
Recogí pues mi equipaje y salí del Aeropuerto. Viva estuvo totalmente puntual y a la altura, y si uno se digna a leer la letra chiquita puede ser una opción muy buena para los viajes.
Es más, yo recuerdo que cuando estaban iniciando y tenían los problemas de puntualidad yo alcancé a volar con ellos varias veces, y lo único que me pasó fue un retraso por un despegue abortado que casi termina en motín.
Pero eso fue un asunto técnico, porque el vuelo inicialmente había salido a tiempo. Y esas cosas pasan en Aviación, ni modo.
Ahora que tienen más Aviones y más nuevos, están mucho mejor.
Si uno lee la letra pequeña y no sirve, pues uno se va en otra, como he hecho yo que me ha resultado más barato Avianca muchas veces. Pero por favor, ¡lean!
Llegué pues a donde mis perritas esa noche, y la vida siguió. Habían sido unos días geniales en Cartagena.
Xoxoxo.